jueves, marzo 17, 2005

Crónica de un concierto

Por Nefausto Jaramillo

El de abril de un año que no recuerdo, simplemente lloré. Ferhú Valsán, el hijo de las tinieblas, el hippie de la gestión empresarial, el adalid de la melodía simplona, realizó su tercer concierto y y nos deleitó con la premier del tercer álbum musical de su grupo musical Ruido Rico en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez. Un sueño que al fin se cumplió a partir de las 7.30 de esa larga noche

Este mismo día, Ugo Hernando ‘El Pibe’ Valderrama Méndez lanzó su cuarto libro del mes sobre temas empresariales: ‘Di-Gestión Greñal’, que reúne la experiencias vividas en las diferentes situaciones de su –como lo indica el título de su obra– gastronómica-estética-lingüística vida.

Los fondos de ese concierto serían para la Fundación Propropropro (Pro Proyectos de Prospectaciones Propositivas). Esa noche, Valsán desplegó toda su magia con títulos insignes y gloriosos como ‘Chumeché’, ‘Me cansé de que me digan doctor’ y ‘Bogotá’, entre otros, que humedecieron a más de uno… por las lágrimas que brotaban a borbotones.

Una a una, las melodías fueron calentando el ambiente en el que se fusionaban sin pudor alguno el requinto electrónico, guacharaca, pandereta, tiple y caja vallenata en ese grato y nostálgico tufillo etno-tecno-pasillo-mapalé-rave-bunde-chillout. Valsán se destaca por la interpretación en estilo libre de géneros tan refinados como el cachacanato y el bunderengue.

Así las cosas, Ferhú congrega con inusitada versatilidad lo mejor de la música del mundo en crescendo: solistas plancheros, duetos guascarrileros, tríos aguardientosos, cuartetos vallenatos y quintetos tunales.